El Alcalde Cámara rememora la historia de la Santa Cuz y los desfiles de Moros y Cistianos en el Pregón de Fiestas de Abanilla

El Alcalde asegura que la ciudad se convierte estos días en un teatro festero e histórico, galano y espectacular

Más de 1.000 personas asistieron a la coronación de las Reinas Mora y Cristiana

El Alcalde de Murcia, Miguel Ángel Cámara, pronunció ayer el Pregón de Fiestas de Abanilla 2010 en un acto multitudinario celebrado en el Pabellón Municipal de Deportes de la localidad. En el transcurso de la ceremonia también fueron coronadas las Reinas Cristiana y Mora y se impusieron diversos premios a las kábilas y mesnadas.

El Alcalde Cámara agradeció su nombramiento, destacando el "afecto y cariño con los que me habéis acogido y por el honor que me dispensáis al confiar en mí para exaltar y glosar las Fiestas 2010 de esta noble y hospitalaria villa de Abanilla. Una fiesta con más de 450 años de historia que constituyen uno de los más ricos legados que atesora nuestra querida Región de Murcia".

Durante su intervención, el Alcalde de Murcia ha recorrido la historia de la Santa Cruz y de los desfiles de Moros y Cristianos, con especial atención a las costumbres y tradiciones que rodean tan grandes fiestas.

"Nuestra Fiesta es una magna representación realizada por todo un pueblo -ha destacado Cámara-, para el pueblo y por las calles de la ciudad, y cuyo argumento recuerda un hecho fundamental: la existencia de la reliquia que reúne el sentir de esta villa, que en estos días de la primavera sale a la calle para venerarla y disfrutar con el colorido y la historia, inmortalizados en la Romería y, desde 1973, en los desfiles de Moros y Cristianos".

El Pregonero también ha tenido palabras de agradecimiento para los custodios de la Santa Cruz, la Federación de Moros y Cristianos de Abanilla y el alcalde de la localidad. Además, Cámara ha añadido que todo abanillero, "para serlo, ha de contemplar alguna vez en su vida, como si de una improvisada Meca se tratara, la romería que nos presenta el sentimiento de todo un reino condensado en nuestra Santa Reliquia, el símbolo en cuya madera aún retiembla el remoto plano medieval de la ciudad y que se convierte en un teatro festero e histórico, galano y espectacular, henchido de tradición desde aquel remoto año de 1564, donde ya encontramos documentos referidos a la Cofradía de la Santa-Vera Cruz".